El naufragio en el Mediterráneo griego de un barco clandestino sobrecargado de inmigrantes árabes y pakistaníes parece ser el peor de la historia reciente. Se recuperaron 78 cadáveres de las aguas, pero muchos estiman que había hasta 600 personas a bordo, muchas de ellas niños. El centro de operaciones de la emergencia se estableció en el puerto griego de Kalamata.
El naufragio en Pylos, al sur del Peloponeso, está destinado a pasar a la historia como una de las peores tragedias de inmigrantes en el Mediterráneo. Sería una verdadera masacre de niños. Había “al menos 100 de ellos encerrados en la bodega” del barco, según cuentan los supervivientes a los médicos y voluntarios. “Según los testimonios, en el momento del accidente muchas mujeres y niños estaban durmiendo”, explica Christina Nikolaidou, responsable de la agencia OIM.
El pesquero naufragado, Adriana, partió de Egipto vacío, se detuvo en el puerto libio de Tobruk para cargar migrantes y luego siguió camino hacia Italia. Un centenar de personas quedaron atrapadas en el vientre del pesquero que naufragó en las profundidades del mar Egeo. Mientras las autoridades griegas, sometidas a acusaciones por la falta de respuesta al SOS lanzado por el Adriana, un barco destartalado. no se pronuncian, son los rescatistas quienes dan las primeras estimaciones de la tragedia. “Es posible que haya hasta 600 muertos”, explica Manolis Makaris, el médico responsable del hospital de Kalamata que ha recogido los primeros testimonios de los supervivientes, lejos de cámaras y periodistas. “Todo el mundo me ha confirmado que había 750 personas a bordo, todo el mundo cita esta cifra”, prosigue, recordando que hasta ahora se han recuperado 78 cadáveres y sólo se ha rescatado con vida a 104 personas, todos hombres de entre 16 y 40 años, excepto una mujer, procedentes de Egipto, Pakistán y Siria.
"Un paciente me habló de un gran número de niños, unos 100 en la bodega", añadió más tarde el médico, dando una nueva alarma dramática. Mientras la gente sigue intentando hacer una estimación de los muertos, continúa el enfrentamiento por la responsabilidad de la catástrofe. La activista Nawal Soufi cuenta que fue una de las primeras en recibir la llamada de socorro: “Informamos a las autoridades griegas en la madrugada del 13 de junio. Los inmigrantes llevaban cinco días viajando sin agua y con seis cadáveres a bordo”. La situación se complicó cuando “un barco se acercó a la embarcación, la ató con cuerdas en dos puntos del barco y empezó a lanzar botellas de agua”. Una actitud que pese a buscar dar auxilio, puso en peligro a los inmigrantes, que temieron “que las peleas a bordo por acaparar agua pudieran provocar su hundimiento”, por lo que cortaron las cuerdas.
Grecia, muy cuestionada
Según el activista, no había ningún deseo de continuar el viaje hacia Italia a toda costa, como informó la Guardia Costera griega, que afirma que los migrantes habían “rechazado cualquier tipo de asistencia, declarando que querían continuar el viaje’ hacia las costas italianas. Pero según la ONG Alarm Phone, los griegos “eran perfectamente conscientes de esta embarcación hacinada e inadecuada” pero “no se lanzó ninguna operación de rescate”. Asimismo, “tres supervivientes nos han contado que el accidente se produjo cuando los guardacostas griegos engancharon la embarcación con una cuerda e intentaban remolcarla. Entonces el pesquero volcó”, declaró Kriton Arseni, representante de la ONG Mera25.
Las autoridades marítimas de Atenas, sin embargo, explicaron que el motor del barco falló poco antes de las once de la noche del martes y que entonces volcó, hundiéndose en unos 10-15 minutos. Según el almirante Nikos Spanos, fueron los traficantes quienes “provocaron deliberadamente la inclinación que llevó al hundimiento de la embarcación”. El buque podría haber zozobrado aunque los guardacostas hubieran intentado detenerlo por la fuerza, señala el comandante y portavoz de los guardacostas griegos, Nikolaos Alexiou, quien subraya que “no se puede desviar por la fuerza un buque con tanta gente a bordo a menos que haya cooperación”.
El Centro de Coordinación de Salvamento italiano también había recibido el martes un correo electrónico indicando que una barca en dificultades con unos 750 migrantes a bordo y, tras comprobar que se encontraba en la zona de responsabilidad griega, se puso en o con los guardacostas helenos. Atenas detuvo a 12 egipcios acusados de ser los traficantes, que supuestamente cobraban entre 4.000 y 6.000 dólares por pasajero.