-¿Cómo fueron los inicios de la empresa?
Junto con el doctor Alfredo Maché y una secretaria, comenzamos haciendo ausentismo y exámenes de ingreso. Luego, empezamos a prestar el servicio de atención ambulatoria de accidentes de trabajo y derivábamos los casos más complicados a los sanatorios de la ciudad. En 1980 logramos mudarnos a un edificio propio, en el lugar donde está nuestra sede central (Buenos Aires 2080), y a partir de allí no paramos de crecer. Y ese crecimiento se lo debemos en gran parte a nuestros clientes, que confiaron en nosotros desde el primer momento porque entendieron que, al cuidar el obrero, estábamos cuidando el capital de su empresa.
Hicimos un gran esfuerzo por hacer bien nuestro trabajo, apostando a la capacitación, la tecnificación y la digitalización, lo que nos permitió crecer no solo en Rosario, sino también en todo el Cordón Industrial y Buenos Aires, contando con 6 sedes propias y más de 220 prestadores en todo el país.
-¿Qué cambios notó en la concepción de la salud del trabajador, desde ese momento a la actualidad?
Si bien en nuestros inicios aún no había sido sancionada la Ley de Riesgos de Trabajo (LRT), que entró en vigencia recién en 1996, a nosotros nos preocupaba preservar la salud del empleado, el capital más grande que tiene una empresa. En ese momento, el empresariado en general se preocupaba porque el trabajador cumpla con su trabajo, incluso estando enfermo, y se reincorpore rápidamente. El foco no estaba puesto en la prevención.
Con el correr de los años eso se fue revirtiendo, en parte gracias a la legislación, a la concientización de las empresas y a la la influencia de firmas extranjeras, que ya tenían otra mentalidad. Es así que la medicina laboral comenzó trabajar desde la prevención, lo que representó una gran evolución. Quiero decir que hay muchos factores que hacen que un trabajador no pueda desempeñar su tarea y que van más allá de una enfermedad relacionada al trabajo. Para nosotros es muy importante capacitar a los trabajadores y los directivos en diversos temas como una alimentación saludable, la prevención de adicciones, cambios en los estilos de vida, la salud mental, etc.
-A través de la experiencia de todos estos años, ¿cre e que se han modificado las formas de producción o las metodología de trabajo para adecuarse al cuidado del trabajador y la prevención de las enfermedades?
Como mencioné anteriormente, ha habido un cambio de paradigma en lo que es la medicina laboral, en la que todos los actores tuvimos que adaptarnos paulatinamente.
En el caso de IRT, trabajamos mucho con los departamentos de recursos humanos de las empresas, para quienes somos un aliado estratégico, ya que recibimos consultas y ofrecemos asesoramiento de forma permanente.
-¿Cómo es la asistencia de IRT a las empresas, que los diferencian de otras empresas del rubro?
Desde hace 20 años ofrecemos el servicio de IRT In Company en todo el país. Tenemos unidades móviles y un sistema de consultorios modulares emplazados en las instalaciones de nuestros clientes, en plantas industriales de Toyota, Acindar, Arcor, Bunge, Aeropuertos Argentina 2000, Quilmes, por mencionar algunos.
Estos módulos permiten la atención por parte de nuestros médicos o enfermeros laborales, brindando una amplia variedad de servicios, como exámenes de salud, control de ausentismo, atención primaria de accidentes, capacitaciones y asesoramiento médico laboral. De esta manera, todas las empresas de esa zona o del parque industrial pueden acceder a nuestros servicios, evitando desplazamiento del personal y contando con especialistas en salud ocupacional a su disposición.
Precisamente en Toyota, hace unos meses hicimos un operativo para chequear el estado de salud de los 7000 empleados que tiene la planta.
Además, hacemos capacitaciones en primeros auxilios ante una emergencia, R, pero también todo lo relacionado a ergonomía, adicciones, cuidado del medio ambiente, entre otras. Tenemos una amplia variedad de temas sobre los que capacitamos, tanto de forma presencial en el lugar como online.
-¿Cuáles fueron las últimas mejoras que se dieron en los últimos cinco años, ya sea en servicio como en nuevos equipos?
Fundamentalmente, la incorporación de equipos de diagnóstico de última generación: radiología, laboratorio, exámenes cardíacos, audiología. Todos esos resultados están digitalizados para que nuestros clientes dispongan de toda la información sobre el estado de salud de sus empleados a través de un software de medicina laboral, que estamos terminando de implementar.
Hemos invertido muchísimo en la informatización para brindarle a las empresas no solo la prevención y la atención de su empleado, sino que tengan información inmediata para la gestión y toma de decisiones.
Esto nos ha permitido además alcanzar a todo el territorio nacional gracias al convenio con más de 200 empresas prestadoras de salud de todo el país, que están conectadas con IRT en tiempo real. Entonces, una empresa tiene la posibilidad de contar con una misma metodología de trabajo en salud laboral en todas sus plantas. Creo que somos la única empresa en el país que tiene esta posibilidad de federalizar todos sus servicios.
-¿Hac ia dónde ve que se proyecta la medicina laboral?
Por lo que yo veo, y teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en la pandemia, cuando se profundizó toda una modalidad de trabajo híbrido, uno de los desafíos de la Medicina Laboral es la adaptación al trabajo.
Si bien tanto a nivel nacional como internacional estamos en un contexto de incertidumbre y oscilaciones políticas y económicas, que dificultan la planificación a largo plazo, desde IRT apostamos a seguir ofreciendo nuevos servicios, por ejemplo brindamos atención psicológica ante la aparición de nuevas enfermedades como el burnout laboral, o una consultoría de coaching para contener a los trabajadores ante los cambios en las formas de trabajo o movilidad laboral.
Nuestro objetivo es poder adelantarnos a los cambios y poner todo nuestro esfuerzo en no perder el foco, que es cuidar la salud de los trabajadores.